¿Por qué no nos permitimos a odiar de la misma manera que nos comparamos con otrxs para ser felices?

Cuestionarse si el odio sale de nuestra emoción o si fue aprendido es un paso fundamental para cuestionar. Cuando te enseñan a odiar así como te incitan a comparar, nuestro carácter se pierde. Los crímenes de odio no son una emoción floreciente, son una alienación por parte de un sistema que sólo implementa el odio como un mecanismo de poder. Cuestionar el odio es un acto fiel a ti nosotrxs, el odio por el odio al "otro" es perderse.

Si sientes que odias por un motivo inalcanzable, es considerable que expreses tu odio hacia ti mismx sin piedad, pues no necesitamos de personas que dejan que sus odios definan quienes son. El odio es una energía pura que surge con paciencia. Aquellos que permiten que el odio se manifieste en sus inconformidades todavía está en la jugada.